lunes, 25 de octubre de 2010

Ruinas y Cimientos

Escondido detrás de una guitarra, o metido debajo de una canción mientas cuentas: un dos tres, cinco seis siete, te concentras en eso, no hay nada más, el mundo en ruinas que dejaste fuera, se va recomponiendo, el solo, no hace falta que hagas nada, pero levantar una nueva edificación de las ruinas no es nada fácil, aunque te empeñes en mostrarle a tus amigos las hermosas vistas que han quedado después el derribo.

Cuando vuelves a casa después de contar o después de pulsar muchas cuerdas seguidas, te sientas en medio de esas ruinas intentando no recordar como era antes el sitio donde ahora esperas. Te esfuerzas por ver un hueco perfecto donde antes estaban los cimientos de una vida diferente, pero tienes que pensar que ese hueco nuevo es perfecto para sobrevivir, y convencer a los demás de que es tan perfecto como tu intentas verlo.

Piensas en aprovechar ese hueco para hacer una piscina, si no hay casa al menos hay algo y decides llenarlo con las lluvias que llegan y las aguas saladas de tus ojos. No lo puedes evitar. Lo malo de una piscina es que como sitio para vivir deja mucho que desear. Y te acabas cansando de ella, fue bonita mientras duró. Descubres que si echas cemento en el agua poco a poco se va solidificando, y que sin darte cuenta hay unos cimientos nuevos donde pisar, un suelo nuevo donde construir un sitio sólido donde vivir.

Tal vez hizo falta esa piscina para llegar a este suelo, lo importante es ver las situaciones con perspectiva. Nadie sabe que aspecto tendrá esa casa en ruinas después de la reforma, y mucho menos después de la demolición, pero no podemos hundirnos en el hueco que esa casa ha dejado, debemos ser los arquitectos de la nueva construcción y pensar qué uso le damos a ese hueco, qué tipo de edificio va a hacernos más felices. No debemos depender de nadie, es trabajo nuestro, aunque si te buscas unos buenos albañiles el trabajo se hace más llevadero. Esos albañiles de contrato indefinido que saben que este lugar es importante para ti y que te ayudan a levantarlo día y noche, y los de contrato eventual, que te ayudan sin saberlo y luego desaparecen.

Sea como sea, la obra avanza, que es lo importante y antes de lo que piensas, ya estás decidiendo qué sofá poner en el salón, o de que color serán los azulejos del baño, y te ves preparando esa primera de muchas cenas, que les regalarás a esos albañiles para agradecerles su duro trabajo y su esfuerzo. La casa perfecta no existe, lo importante, lo que la hace especial es la gente que hay dentro.

2 comentarios:

tresky dijo...

toc toc ... se puede entrar?

GatoVerde dijo...

Es un placer tenerte en casa ;)